Tratamiento del cáncer de garganta

Los cánceres en la orofaringe (donde la parte posterior de la boca se une con la garganta) a menudo comienzan en la amígdala, el paladar blando o la base de la lengua. Los factores de riesgo para el cáncer de garganta incluyen el abuso del tabaco y el alcohol, así como el virus del papiloma humano (VPH).

Los síntomas pueden incluir el desarrollo de amígdalas asimétricas, dolor como dolor de garganta persistente o dolor que se dispara a un oído, dificultad para tragar, un sonido sordo en la voz o un nudo en el cuello. Ocasionalmente, un bulto o masa en el cuello puede ser un signo inicial.

Diagnóstico

Los médicos a menudo pueden detectar tumores en esta área sin instrumentos especiales, pero pueden necesitar usar espejos especiales o telescopios de fibra óptica, o sentir la parte posterior de la garganta con un dedo enguantado. Luego pueden tomar una biopsia para confirmar un diagnóstico de cáncer. En algunos casos, las biopsias se pueden formar en la oficina con anestesia local. Las imágenes radiológicas (tomografía computarizada, resonancia magnética o PET) pueden usarse para evaluar la extensión del tumor y el estadio del cáncer.

Tratamiento

El tratamiento del cáncer de orofaringe a menudo consiste en cirugía o radioterapia, con o sin quimioterapia. Los tumores pequeños pueden extirparse quirúrgicamente sin la pérdida de la función de la garganta. Los tumores más grandes pueden extirparse quirúrgicamente, si es necesario, pero estas cirugías requieren reconstrucción de la garganta y pueden dañar la capacidad de tragar.

Microcirugía Láser

Una nueva opción que está disponible para algunos pacientes que tienen una excelente función de deglución es la cirugía láser mínimamente invasiva. Con este tipo de cirugía, la reconstrucción generalmente no es necesaria, particularmente para las áreas alrededor de las amígdalas y la base de la lengua. Algunos pacientes con tumores de paladar blando pueden necesitar una reconstrucción que se puede completar mediante la transferencia de tejido desde un área adyacente de la boca en lugar de un procedimiento reconstructivo importante. Sin embargo, las resecciones más grandes pueden requerir una reconstrucción mayor.

Cuando se encuentran tumores en las primeras etapas, el tratamiento quirúrgico puede ser todo lo que se necesita. Una ventaja importante de la cirugía mínimamente invasiva es que puede ayudar a preservar los órganos y la función salival cuando se usa para tratar tumores cancerosos. Eso facilita el mantenimiento de la higiene y la función bucodental y dental, y ayuda a prevenir la caries dental que a menudo se asocia con la radioterapia.

La radioterapia generalmente somete a una cantidad significativa de tejido normal, incluidas las glándulas salivales mayores, así como las glándulas salivales menores, a los efectos secundarios de la radiación. La planificación avanzada de la radioterapia seguida del parto mediante radioterapia de intensidad modulada (IMRT) permite la máxima protección de las glándulas salivales para quienes requieren radioterapia de cabeza y cuello.

También es posible que un paciente tenga un procedimiento de transferencia de glándula submandibular (salival), en el que un cirujano mueve la glándula fuera del campo de radiación para protegerlos y preservar el flujo salival, que es fundamental para tragar y hablar.

Para algunos tumores, cuando la cirugía de preservación de órganos y funciones no es factible, se administra quimioterapia con radioterapia como alternativa.

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